Museo de Arte Popular |
El centro histórico, es el sitio donde aún se pueden escuchar esos organillos relajantes que ambientan al caminante, al marchante o a los amorosos.
Los organilleros se han adaptado a los tiempos y sus melodías permanecen intactas a nuestro caminar por las calles de la ciudad, Carmelo Flores acompaña con su organillo el ambiente ajetreado de la ciudad desde hace diez años. Su organillo fue una herencia de su padre, así es como nace su gusto por la música y desea que sus hijos al igual que él ejerzan el mismo oficio. El trabaja desde las 9 de la mañana hasta las cuatro de la tarde para ganarse en un día con “suerte” 200 pesos.
María bonita, las mañanitas y cielito lindo, se han vuelto todo un clásico en nuestra vida cotidiana, melodías que sin duda seguirán presentes en la memoria de nuestros padres o abuelos e incluso en nosotros mismos.
Carmelo Flores, organillero en Bellas Artes. Foto Neidy Cruz. |
Aquí les dejos una muestra del sonido de un organillero, espero que lo disfruten.
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