martes, 28 de febrero de 2012

¡NIEVES, NIEVES!

De la tribu de los Xochimilcas que toman su nombre del municipio de Xochimilco, data la historia de la nieve. Ésta era un postre que solo paladeaban los sacerdotes y los grandes señores xochimilcas. Para prepararla acarreaban la nieve del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl transportándola en canoas por el lago.
Es un arte preparar las famosas nieves. En las tinajas de madera se introducen botes de aluminio con la mezcla de fruta, agua y azúcar. Entre el bote de aluminio y la tinaja de madera, se introduce gran cantidad de hielo y sal y se gira y gira y gira -durante muchas horas-, para que la mezcla adquiera su punto de nieve. También se conocen como nieves de garrafa. 
Carro de nieves.


Este dulce tradicional jamás pasará de moda entre los mexicanos, sin dejar a un lado los carritos de nieves, que desde lejos eran reconocidos por su colorido y campanitas anunciadoras, los niños pequeños eran colocados por sus padres o el nevero en las llantas del carrito, para que pudieran asomarse a su interior y descubrir las deliciosas sorpresas que se escondían en sus frías entrañas de humeante hielo seco.


Ismael García Don Machis para sus amigos, proveniente de Guerrero, tiene la experiencia requerida para hacer de las nieves un arte, 51 años de aprendizajes y conocimientos como herencia de su región, es lo único que sabe hacer y a lo que se ha dedicado toda su vida, el llegó a la ciudad de México desde joven, no sabía leer ni escribir.
Don Machis se levanta a las cinco de la mañana para comenzar con la preparación, sale temprano para venderlas afuera del metro Bellas Artes. Antes el precio era de 50 centavos y un peso, ahora es de cinco a 10 pesos, “yo mantenía a cuatro niños con este empleo, ahora no puedo ni mantenerme a mí”, comentó Ismael.
Alameda central. 

Se evocan voces cada día más escasas, ecos y sonidos espectaculares, estructuras musicales, de oficios como: el nevero, bolero, camotero, ropavejero, entre otros. Que han perdido terreno ante el aterrador avance de la tecnología, remitiéndonos a espacios que descansan en la memoria y que a su vez conviven y nos confrontan con la actualidad. 




  






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