El camote, también conocido como "papa dulce" |
Originario de Centro y Sudamérica, domesticado hace miles de años, y fuente importantísima de nutrientes para las culturas precolombinas, el camote es hasta la fecha un ingrediente relativo de nuestra gastronomía. El nombre camote deriva del náhuatl, pero en todo América recibe distintos nombres, como batata o papa dulce.
En México tenemos muchas maneras típicas de consumirlo. Una de ellas, probablemente mi favorita, es el camote “de camotero”.
El de camotero es un oficio que desgraciadamente está desapareciendo, se trata de un vendedor ambulante de plátano macho y camote, éstos se cuecen en un carrito/horno/vaporera de leña, dando como resultado una textura y un aroma ahumado maravillosos. Lo más común es acompañarlos con leche condensada o mermelada.s.
Rafael Cruz Santos, 32 años |
Camotero: lo desplazan las papas fritas
Durante 32 años, Rafael Cruz Santos ha empujado su carrito de camotes por las calles de la Ciudad.
Y, conforme pasa el tiempo, los camotes y los plátanos al horno gustan menos, por lo que no vende como hace algunos lustros.
"A los chavos ahora les gusta comer papas fritas y golosinas empaquetadas y mis clientes cada vez son menos porque nomás son las personas grandes que de chicos comían plátanos o camotes", platicó.
Recuerda que hace unos 25 años vendía al día unos 100 camotes y plátanos y ahora la cifra se ha reducido a 30 o 40 piezas al día, si la venta es buena.
"Yo vendía en el Centro y ahí me iba bien, lo que pasa es que el Gobierno ya no deja, ya no quiere comerciantes en el Centro Histórico, nos quitan a cada ratito", dijo.
"Ya me han llevado como siete veces al Juzgado Cívico, me encierran un rato y luego tengo que pagar la multa y ya me dejan salir, pero luego ya no trabajo, pierdo mi venta".
Considera que su oficio es tan noble que a pesar de todo sigue dejándole suficiente como para irla pasando.
"Ya no es como antes, todo ha cambiado, ya se vende poco, de todas manera ahí sale para los gastos trabajando, echándole ganas", comentó.
Su trabajo, explica, debe realizarse por las tardes y noches, cuando baja el calor y los productos pueden conservarse de mejor manera.
Originario de Puebla, Rafael aprendió el oficio de un pariente, de quien luego se independizó.
Piensa que tendrá que seguir vendiendo camotes y plátanos al horno toda la vida, pues no sabe otra manera de ganar el sustento.
"Yo qué puedo hacer, ésta es mi chamba y no tengo otra; así aprendí y ahora pa'que consiga otra chamba pues ya no creo", dijo
Tomado de Tv Azteca noticias
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